Armoniza la movilidad global del cuerpo

Trastornos viscerales y ginecológicos

Cefaléas, migrañas. vértigos, sinusitis

La OSTEOPATÍA es la terapia manual basada en la globalidad del cuerpo, capaz de diagnosticar y tratar el origen de los síntomas.

Se clasifica en: 

  • osteopatía estructural

  • osteopatía craneal

  • osteopatía visceral

Todos los sistemas del cuerpo están relacionados y trabajan en conjunto, por lo tanto, los trastornos de un sistema pueden afectar al funcionamiento de otros.

Un buen diagnóstico es imprescindible, ya que la causa exacta o el origen de la lesión pueden no coincidir con el motivo inicial de la consulta.

Osteopatía Fisiona Vitoria-Gasteiz
Osteopatía craneal
Osteopatía Fisiona Vitoria-Gasteiz
Osteopatía estructural

Una sesión de Osteopatía en nuestra consulta tiene una duración de 1hora aproximadamente. Las sesiones de Osteopatía ponen en marcha una serie de mecanismos de curación que tenemos integrados en nuestro organismo, por lo que hay que dejar un período de descanso entre las sesiones (normalmente una o dos semanas) para que pueda restablecerse el buen funcionamiento corporal.

Esta terapia se utiliza en los siguientes casos:

  • dolor y limitación de la movilidad en cualquier parte del cuerpo

  • trastornos viscerales y ginecológicos (malas digestiones, estreñimiento,   dismenorrea…)

  • problemas de la esfera craneal (cefaleas, migrañas, vértigos, sinusitis…)

  • patología mandibular (bruxismo, dolor, chasquidos, bloqueo)

  • alteraciones craneales y viscerales del bebé (tortícolis, plagiocefalia, cólicos…)

Lo que realmente diferencia a la fisioterapia de la osteopatía es el enfoque de tratamiento y la capacidad de diagnóstico, siendo la osteopatía mucho más amplia. Con la fisioterapia hacemos un abordaje más analítico de la lesión mientras que con la osteopatía tenemos una visión más global, se intenta llegar al origen del problema, entender cómo el cuerpo ha llegado a desarrollar ese síntoma o esa clínica.

Para entenderlo mejor pongamos un ejemplo: un dolor en la región lumbar puede venir de un problema a ese nivel pero puede también aparecer por una disfunción en el intestino grueso o tener su origen en la extremidad inferior. Preguntas como: ¿Tiene relación nuestro estómago con el dolor de espalda? ¿Me puede doler la rodilla por un mal apoyo podal? ¿Hay relación entre el hígado y mi dolor de hombro? Todas las preguntas tienen una respuesta afirmativa y es ahí donde la osteopatía hace su aparición.

Según la medicina oriental, una alteración emocional puede provocar una alteración visceral y que ésta se refleje en diferentes zonas de la espalda, de forma peculiar en función de qué órgano o víscera se trata.

La técnica por la cual es conocida la osteopatía es el trust y no es solamente hacer crujir las articulaciones. Hay que saber el porqué y el cómo.

Consiste en restablecer la movilidad natural de una articulación con un gesto rápido e indoloro. Es una técnica muy efectiva, pero que requiere un alto grado de experiencia por parte del osteópata, tanto para aislar la porción a tratar como para controlar el grado de amplitud y fuerza a imprimir. Para ejercer esta técnica, se suelen utilizar los brazos y las piernas como palancas y colocar al paciente de una forma determinada según la zona que se vaya a tratar.

El sonido articular que se escucha al realizar la manipulación se produce por el efecto de cavitación (expansión de líquido y gases dentro de la articulación). Los gases que están disueltos en el líquido sinovial, al estar a menor presión, pierden su solubilidad, de manera que forman una burbuja, llega a la superficie y explota produciendo el chasquido o crujido característico que estamos acostumbrados a escuchar. Aunque un signo claro de una correcta manipulación es el chasquido que sucede cuando se ejecuta, pero no necesariamente tiene que sonar siempre, basta con que el profesional repita los tests previos a la manipulación y verifique que la disfunción ha desaparecido, independientemente del sonido articular.

La primera visita comienza con una entrevista o anmnesis con el paciente, de la que se obtiene la máxima información sobre su motivo de consulta y los aspectos más relevantes de su salud. A continuación se valoran las pruebas diagnósticas aportadas por el paciente (radiografías, resonancias magnéticas, analíticas, informes médicos,…). Así se conformará una historia clínica lo más completa posible. Es importante conocer los antecedentes del paciente, desde el tipo de parto por el que nació, si se usó instrumental como fórceps o ventosa durante el parto, así como antecedentes traumáticos (caídas importantes, fracturas o esguinces, accidentes,…).

También es útil conocer cualquier enfermedad reumática, infecciosa o general que pudiese el paciente padecer (hipertensión arterial, enfermedades hepáticas, enfermedades ginecológicas, diabetes, etc.)

El siguiente paso es realizar una exploración global del paciente, en la que se valorará la postura corporal (si hay aumento o rectificación de curvas, si hay escoliosis). Después hacemos un estudio de la movilidad global para encontrar limitaciones de movimientos o dolor al realizar los mismos.

Después pasamos a hacer una valoración de movimientos más específica, valorando la movilidad de la articulación que queremos estudiar. Habitualmente usamos tests ortopédicos para confirmar el diagnóstico, palpaciones manuales y otras pruebas osteopáticas.

Una vez encontrado el lugar de la disfunción, es decir, el lugar que está ocasionando la cadena de disfunciones que provocan los síntomas, intentamos hacer una cadena lesional, es decir, relacionar las disfunciones que hemos encontrado unas con otras para poder pautar así un tratamiento lógico y lo más acertado posible.

Una vez recabada toda la información, se informará al paciente del procedimiento a seguir, explicándole su situación y el tratamiento que se va a realizar.

Las técnicas terapéuticas que se utilizan se eligen según el tipo de paciente (edad, sexo, estado de salud…), según el diagnóstico y con el consentimiento del paciente en todo momento. Siempre se realizarán respetando el límite del dolor del paciente.

La Osteopatía es una forma de terapia global, por lo que es posible que ante un problema determinado se realicen técnicas tanto estructurales, como craneales y viscerales para poder conseguir el mejor estado de salud posible.

Las técnicas utilizadas pueden ser: estructurales (manipulación vertebral y de otras articulaciones (los » famosos trust» , estiramientos, movilizaciones, masaje,…), viscerales (bombeos, técnicas fasciales,…), craneales (equilibración funcional, técnicas de descompresión,…), técnicas fasciales, arteriales, drenaje linfático…

Resumiendo, cuando un paciente acude a nuestra consulta primero hacemos la historia clínica (anamnesis), después hacemos una exploración que incluye la inspección del paciente, la palpación de diferentes tejidos, la realización de test o pruebas de movilidad para buscar zonas que hayan perdido su buena función. Una vez tenemos el diagnóstico del problema se pauta el tratamiento utilizando diferentes tipos de técnicas estructurales, viscerales y craneales.

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